Prácticamente han pasado dos años desde uno de los mayores estrangulamientos en corto de la historia del mercado y se han aprendido algunas lecciones y otras no tanto, quizás porque los inversores se esfuerzan por seguir el ritmo de lo que se ha convertido en un flujo incesante y castigador de noticias macroeconómicas y de mercado.
Actualmente, la saga de GameStop de 2021 ha sido catalogada en dos documentales independientes -llamados acertadamente ‘Eat the Rich’ [“Cómase a los ricos”] y ‘Diamond Hands’ [“Manos de diamante”]- que resultan convincentes para la televisión. En ellos se ilustran los riesgos acumulativos de que los poderosos actores del mercado actúen como guardianes mientras apenas tienen interés en proteger los intereses tanto individuales como públicos.
Desde entonces, en el ámbito de las criptomonedas se ha reproducido el ciclo de euforia y desplome que Gamestop personificó, con efectos aún más devastadores. Centenares de miles de inversores minoristas se quedaron con tokens drásticamente devaluados gracias a la mala gestión de fondos de inversión y agencias de valores de alto perfil. Asimismo, los cripto-evangelistas con intereses creados en el precio inflado de estos activos y que los exageraron con celo deben asumir su parte de culpa.
Personalmente, mi viaje hacia el blockchain comenzó por frustración. ¿Por qué las ventajas disponibles para los “inversores acreditados” no eran también accesibles para los ciudadanos de a pie? Al responder a esta pregunta, vi una oportunidad increíble para democratizar las finanzas a través de la descentralización, capacitando a los individuos para hacer más con sus activos económicos y mejorar la sociedad mientras lo hacían.
Pese a que creo firmemente en el potencial de blockchain, mientras utilicemos el mismo aliento para hablar de criptomonedas y acciones meme, nos estaremos quedando muy lejos de ese potencial.
El auténtico potencial financiero de la tecnología blockchain no es como un nuevo conjunto de activos especulativos, sino como un vehículo de transparencia radical, que da poder a la identidad y a nuevas formas de gobernanza. Sin olvidar la eficiencia de la propia tecnología, que puede reducir las distorsiones y la volatilidad del mercado, incluso al tiempo que reduce los costes y acelera los tiempos de transacción.
En pocas palabras, el objetivo de la tecnología blockchain no debería ser promover tokens específicos o acabar con Wall Street, sino nivelar todo nuestro sistema financiero mundial.
Mientras asistimos a la fuga de liquidez de las reservas financieras a una velocidad aterradora, es fundamental que volvamos a centrarnos en esta misión. Hemos de fijarnos como objetivo transformar, en lugar de simplemente derribar, a los titanes de Wall Street.
Desde la Fundación Cardano estamos comprometidos con dos cosas difíciles: un sincero compromiso con el complejo problema de cómo educar, comprometer e impulsar la adopción de la tecnología blockchain entre las empresas tradicionales; y un compromiso activo con los principios de descentralización y comunidad mejor ejemplificados por el movimiento del software de código abierto.
En mi opinión, afrontar adecuadamente cualquiera de estas dos tareas ayuda a resolver la otra y deberíamos dar prioridad a ambas simultáneamente. Del mismo modo que la transparencia del software de código abierto hace que las grandes empresas confíen en él para gestionar sus plataformas más importantes, la apertura y legibilidad de la cadena de bloques bien hecha puede ayudar a que la capacitación financiera y la desintermediación sean algo más que palabras de moda.
La tercera generación de protocolos blockchain es más sofisticada y más resistente que la deficiente tecnología con la que aún funciona gran parte de nuestro sistema financiero. Pero independientemente del grado de calidad de nuestra tecnología y de lo comprometida que esté nuestra comunidad, sustituir la tecnología tradicional de los bancos tradicionales se convierte en una tarea aún más desalentadora que intentar acabar con los fondos de cobertura sobreexpuestos a una única acción. Exige no solo espíritu revolucionario, sino también conciencia normativa.
La innovación y la transformación que pueden aportar nuestras tecnologías continúan a una velocidad vertiginosa y los responsables políticos han tomado nota. En Europa, pronto entrará en vigor el Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), por el que se crea un marco jurídico para el funcionamiento de los mercados de criptoactivos. Al otro lado del Atlántico, la administración Biden está trabajando para desarrollar leyes que estimulen el crecimiento e inhiban el fraude.
El aumento de esta actividad reguladora indica que las tecnologías blockchain están aquí para quedarse. Ahora mismo, los legisladores deben asegurarse de que su legislación está preparada para el futuro, de modo que, en lugar de limitarse a responder a posibles amenazas, puedan abrir la puerta a una innovación honesta y beneficiosa.
En lo que respecta al sector, nuestro trabajo es seguir innovando, construir más soluciones que contribuyan a la sociedad, democratizar y simplificar las finanzas, y permitir el acceso y la inclusión a todo el mundo. Yo, por mi parte, estoy deseando ver lo que nos depara el futuro.
Artículo publicado originalmente en Coindesk.
Traducción al español de “How to level up the global financial system ”, escrito por @Frederik_Gregaard, CEO de la @Cardano-Foundation el 9 de enero de 2023.
Notas del traductor
- Corchetes del traductor.
indica que el enlace apunta a un contenido en idioma inglés.
indica que el enlace apunta a un contenido en idioma español.