Traducción al español del artículo “Building a new economy on Cardano”, escrito por Cardanians, el 29 de abril de 2021.
Los seguidores de las criptomonedas consideran que blockchain tiene el poder de perturbar a los bancos y formar una nueva forma de dinero sólido. Entre las monedas nacionales y los gobiernos existe una íntima relación. Lo cierto es que no es viable sustituir las monedas nacionales sin disponer de tecnologías que suplan las funcionalidades de los gobiernos o contribuyan a construir una nueva forma de gobierno.
Monedas nacionales e instrumentos para preservar su estabilidad
Una moneda nacional es una moneda de curso legal emitida por el banco central o la autoridad monetaria de un país. Las autoridades nacionales aseguran la aceptación de la moneda como instrumento de canje. Por tanto, las monedas nacionales también se emplean como unidades de cuenta oficiales. Sirven para comprar bienes, servicios y se utilizan para la recaudación de impuestos. La confianza en las monedas está basada en la fe y el crédito de los ciudadanos en los gobiernos. Esta no es una constante, puede variar a lo largo del tiempo. La confianza en las monedas o los gobiernos puede disminuir durante las alteraciones económicas nacionales y las crisis financieras mundiales. Tanto los bancos monetarios centrales como los gobiernos tratan de lograr la estabilidad monetaria y superar dichas crisis. Se trata de uno de los objetivos más importantes de las autoridades nacionales. Se mantiene la confianza cuando las autoridades tienen éxito. En caso contrario, los ciudadanos pueden empezar a reaccionar.
En la actividad económica de una nación suelen influir dos instrumentos principales: la política monetaria y la política fiscal. Estas dos son los instrumentos típicos que se utilizan para influir en la economía de un país. La primera, se centra en los tipos de interés y en la oferta total de dinero en circulación. Suele ser responsabilidad de los bancos centrales dirigir la política monetaria. Por su parte, la fiscal es una instrumento que emplean los gobiernos para la recaudación de impuestos y la gestión del gasto.
La política monetaria es un instrumento que puede estimular una economía. Se puede incentivar a los individuos y a las empresas para que soliciten préstamos y gasten dinero o restringir el gasto, lo que lleva a ahorrar dinero. Ella puede fomentar la economía o bien limitar su crecimiento. De este modo, es posible impulsar el nivel de inflación.
La política fiscal se ocupa de los impuestos y del gasto público. Los gobiernos fijan el nivel de impuestos, el nivel total de gasto y su composición. Esto se hace a través de un proceso legislativo. Para que un gobierno pueda gastar eficazmente, necesita recaudar impuestos de una forma eficiente. La recaudación de impuestos saca dinero de la economía. Si los impuestos son demasiado elevados, la actividad empresarial puede verse frenada. Los gobiernos pueden también bajar los impuestos u ofrecer rebajas fiscales en un intento de estimular el crecimiento económico. Otra herramienta fiscal de los gobiernos para impulsar la actividad económica es el gasto de estímulo. Las autoridades pueden determinar qué sectores deben ser estimulados para apoyar el crecimiento económico. Si no hay suficiente dinero para el gasto, será necesario pedir prestado mediante la emisión de títulos de deuda. Esto se denomina gasto deficitario. Se prevé que las deudas se pagarán más adelante.
La política fiscal tiende a cambiar con relativa frecuencia. Las autoridades determinan la política fiscal y el gasto. Las comunidades, empresas, industrias, inversiones y productos básicos específicos son el objetivo de los gobiernos para favorecer o desalentar la actividad económica. Conviene señalar que no solo las consideraciones económicas son tenidas en cuenta cuando se realizan cambios en la política fiscal. Los gobiernos también prestan atención a la prosperidad a largo plazo, la paz, la salud, la ciencia, la seguridad, su situación política, las cuestiones medioambientales y otros muchos aspectos que influyen en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Siempre hay responsables de la política monetaria y fiscal. De ahí que sus decisiones sean muy discutidas por otras personas.
Políticas monetarias y fiscales en el ámbito de las criptomonedas
Dentro del ámbito de las criptomonedas, las monedas nacionales suelen ser objeto de críticas por sus peores capacidades en cuanto a su uso como depósito de valor. Las monedas nacionales suelen ser inflacionistas. Esto quiere decir que perderán valor con el tiempo y el nivel de degradación difiere de una moneda a otra. A corto plazo, la inflación no es tan importante si es predecible y moderada. En algunos países, sin embargo, no es así y puede ser un verdadero problema, ya que los ciudadanos no pueden ahorrar dinero para estar bien preparados en el futuro.
La política monetaria de las criptomonedas es fija y rígida. La mayor parte de las veces, una vez establecida, no se espera que cambie nunca. Para la mayoría de las criptomonedas se ha fijado el número máximo de monedas que son liberadas gradualmente por el protocolo. Como alternativa, se fija una inflación inacabable de monedas. Las criptomonedas suelen ser muy volátiles. No hay una autoridad encargada de la estabilización del precio. Solo la oferta y la demanda en el mercado influyen en el precio. Este hecho puede ser bueno para la creación de recursos escasos. Una gran demanda de un recurso escaso puede hacer que el valor de las monedas se mantenga en un nivel alto a largo plazo. Como depósito de valor, las criptomonedas podrían ser muy buenas. Son malas, sin embargo, como medios de intercambio o unidades de cuenta.
La esencia de la descentralización consiste en ser independiente respecto a las decisiones que tomarían los individuos o las autoridades. No se puede influir de manera centralizada en la política monetaria de las criptomonedas. En el contexto de los medios de cambio y las unidades de cuenta, la confianza en las monedas está relacionada con la estabilidad de los precios. El grado de confianza en las monedas fiduciarias¹ es alto, en comparación con las criptomonedas. Obsérvese que la gente confía en las monedas fiduciarias a pesar de su centralización y de las autoridades que toman las decisiones. Puede incluso decirse que las personas desconfian plenamente en las autoridades, pero siguen confiando en las monedas nacionales. La confianza en las monedas está relacionada con la estabilidad de los precios, puesto que permiten pagar bienes, invertir, ahorrar dinero, etc. Si la inflación es baja y se compensa de forma que la gente se sienta relativamente rica, se puede considerar un entorno económico estable.
No solo importa la estabilidad de los precios o la economía en su totalidad. El grado de felicidad de las personas no puede medirse nada más económicamente, pero es sobre todo la economía la que asegura la felicidad en un lugar determinado. Es decir, las personas aspiran a encontrar trabajo, comprar alimentos con calidad, que sus hijos vayan a una buena escuela o vivir en hermosas ciudades verdes con desarrolladas infraestructuras. Esto debe ser así no solo para usted, también ha de serlo para sus vecinos. No solo en la ciudad en la que usted vive, sino también en otras ciudades próximas. En caso contrario, es de esperar que se produzcan problemas. Para garantizar la felicidad de la gente o, al menos, las mejores condiciones posibles, debe haber un mecanismo que se ocupe de todo eso. En el ámbito nacional, volvemos a la política fiscal. La recaudación de impuestos y el gasto inteligente han sido durante muchos años la mejor solución para establecer entornos estables y poblaciones relativamente felices.
Hasta el momento, hemos mencionado solamente la política monetaria rígida en el contexto de las criptomonedas. Al insistir en la plena descentralización de las criptomonedas en lo que respecta a la política monetaria, únicamente somos capaces de crear una versión rígida de la misma. Más aún, no existe nada parecido a la política fiscal en el mundo de las criptomonedas. Actualmente, estas no son capaces de responder a las turbulencias económicas, las crisis, los desastres naturales o incluso las guerras. Tampoco hay forma de estimular la economía. Las razones son obvias. La actual generación de criptomonedas no está diseñada para resolver estos problemas. Ninguna nación o estado ha adoptado las ha adoptado para utilizarlas como solución a este tipo de conflicto.
La descentralización significa básicamente que se siguen solo las reglas rígidas de los protocolos y no se tienen en cuenta las decisiones de los individuos. No es ni siquiera lo que se espera. No tienen conocimiento de la situación económica de las personas, la política o del medio ambiente. Tampoco pueden emitir ninguna decisión que ayude a resolver un problema potencial. El seguimiento ciego de las reglas de los protocolos solo es beneficioso para la creación de un recurso digital escaso. Es cuestionable que sea un buen atributo para la política monetaria. Probablemente sea un mal atributo para la política fiscal.
Hoy en día, la toma de decisiones monetarias y fiscales a nivel nacional está relacionada sobre todo con un cierto nivel de centralización. Las autoridades son responsables de hacer observaciones, evaluarlas y tomar las decisiones apropiadas. Existen dos mundos que se enfrentan. La centralización de las monedas fiduciarias y el nuevo mundo de las criptomonedas. Ambos mundos se van a encontrar. Se trata de saber si será positivo o negativo.
¿Será posible conectar las criptomonedas con las políticas monetarias y fiscales nacionales? ¿Podemos sustituir tecnológicamente el rol de las autoridades o hacer que sus decisiones sean más descentralizadas? Analicemos esta cuestión.
¿Puede ser utilizada la tecnología blockchain para construir un nuevo sistema financiero?
Los economistas polemizan durante años sobre el sistema financiero actual y desconocen si es el mejor posible. La política fiscal se enfrenta con frecuencia a las críticas por la necesidad de trabajar con la deuda y la incapacidad de pagarla. La finalidad de este artículo no es resolver las preguntas difíciles a las que los economistas no son capaces de responder. Tampoco pretendemos debatir mucho sobre la situación actual. Nos concentraremos más en el futuro.
Las personas pueden diferir en sus opiniones sobre las políticas monetarias y fiscales nacionales, pero hay algo que es seguro. El alcance de las funcionalidades que hay detrás es mayor que lo que puede hacer la rígida política monetaria de las criptomonedas. La primera cuestión sería si realmente la necesitamos. ¿Necesitamos una política fiscal compleja y podría ser suficiente con la política monetaria rígida que pueden ofrecer las criptomonedas? ¿Podríamos existir sin la recaudación de impuestos o sin hacer reservas para tiempos peores? La respuesta es no. Lo natural es que los malos momentos ocurran de vez en cuando y tenemos que estar preparados para ello.
Las criptomonedas adolecen de tres funciones cruciales que se espera que cumplan los regímenes monetarios estables: protección contra el riesgo de deflación estructural, capacidad de responder con flexibilidad a las perturbaciones temporales de la demanda de dinero suavizando así el ciclo económico y habilidad para funcionar como prestamista de última instancia.
Resultaría imposible sortear los problemas de cualquier tipo a nivel nacional sin la capacidad de disponer de una reserva suficiente o de emitir nuevas monedas. Todas las reservas pueden agotarse un día, entonces ¿qué hay que hacer en caso de que los problemas se mantengan? Si falla la política fiscal, la política monetaria podría salvar la situación. El endeudamiento también podría ser una solución, pero depende de la voluntad de los prestamistas de conceder préstamos. Al parecer, la capacidad de trabajar con deudas es también un requisito importante de la economía real.
Hay que tener en cuenta que no sólo se trata de sobrevivir a tiempos de turbulencia. Las personas, como individuos, utilizan los servicios públicos y las infraestructuras. Su financiación es colectiva. Las autoridades son responsables de la recaudación de impuestos para financiar estos servicios. Se puede cambiar la infraestructura financiera, pero hay que preservar este tipo de mecanismo.
Pero ¿qué puede hacer todo eso en el mundo blockchain? Con el fin de generar una reserva, es preciso que exista algún mecanismo inteligente que recaude periódicamente el dinero de las personas sobre la base de reglas definidas. Lo denominamos impuestos en la política fiscal. Alternativamente, podría haber algún mecanismo de protocolo que sustrajera una cantidad determinada de monedas de todas las direcciones en caso de necesidad urgente o con regularidad. No obstante, esto sería lo mismo que emitir nuevas monedas. La emisión de monedas es en realidad una solución mejor. Lo único que cabe preguntarse es quién sería el responsable de tomar las decisiones relacionadas con los cambios en la política monetaria o en las reglas del protocolo. ¿Serían los equipos de desarrolladores con la colaboración de los mineros o las partes interesadas? Desde el punto de vista de la confianza, no sería la mejor solución posible. Los ciudadanos sólo pueden confiar en el sistema mientras estén de acuerdo con las reglas y sientan que pueden participar en las decisiones.
¿En quién debemos confiar en realidad cuando comencemos a utilizar las tecnologías blockchain? ¿Quiere decir que no habrá ninguna autoridad central? Si esto es así ¿cómo podremos sobrevivir a los tiempos difíciles o garantizar la prosperidad de una región determinada? En definitiva, el uso de las tecnologías blockchain no supone que podamos prescindir de la capacidad de tomar decisiones críticas. Puede surgir un problema social o natural grave y sólo una cantidad suficiente de dinero puede ser un remedio. Actualmente, nuestro mundo gira en torno al dinero en todos los ámbitos de nuestra vida. Resulta mucho más inteligente aceptar una inflación moderada que tener disturbios en las calles. Queda la pregunta. ¿Quién y cómo debe tomar las decisiones en un mundo donde las tecnologías blockchain se convertirán en la columna vertebral de las finanzas?
Apareció otra pregunta peliaguda. Que cada individuo se una o se marche de una red global descentralizada es una decisión libre. Puede que usted sea un fan de las criptomonedas, pero ¿pasa lo mismo en el caso de sus vecinos? A ellos les pueden interesar proyectos blockchain diferentes o no gustarles en absoluto. Puede que prefieran la moneda fiduciaria [tradicional]. Cuando se necesita una política monetaria y fiscal flexible en un lugar determinado, es de esperar que la gente utilice una moneda. Poco importa si se trata de una moneda fiduciaria o de una criptomoneda. No obstante, se trata más de un conjunto de reglas que de la moneda en sí. La gente ha de estar de acuerdo con las reglas y estas han de ser seguidas por todo el mundo en un lugar determinado. Nunca puede funcionar de manera que las personas que utilizan la moneda fiduciaria estén obligadas a pagar impuestos y los usuarios de criptomoneda no. Las personas que viven en un área dada son miembros de la comunidad y tienen la responsabilidad no sólo de sus vidas sino también de la prosperidad de la comunidad y del lugar.
A nuestro juicio, puede permitirse el uso de diferentes monedas, pero es necesario que se sigan las mismas reglas a nivel nacional. Se puede afirmar que las reglas son más importantes que la moneda. Actualmente, los gobiernos dictan las normas y son responsables de la política fiscal. La cuestión es que las criptomonedas y sus políticas monetarias están descentralizadas y son globales, mientras que tenemos muchas políticas fiscales nacionales que están centralizadas. ¿Pueden fusionarse estos dos mundos?
Planteamos algunas preguntas complicadas sobre el uso de las tecnologías blockchain a nivel nacional. Entendemos por nación un grupo numeroso de personas que habitan un territorio concreto y que están conectadas por la historia, la cultura u otro elemento común. Hemos dado algunas razones por las que creemos que las naciones necesitan algún tipo de reglas para las políticas monetarias y fiscales. Hay una estrecha relación entre una nación, la economía y el gobierno. La nación necesita definitivamente tener una economía que funcione. Es difícil conseguirlo sin un gobierno. La cuestión es cómo debería o podría ser un gobierno moderno.
Es inevitable que la adopción de criptomonedas a nivel nacional esté relacionada con los gobiernos. Estos utilizan las monedas fiduciarias sobre todo por motivos fiscales, ya que forman parte de la política fiscal. Por otra parte, los bancos centrales utilizan la misma moneda que el gobierno para gestionar la política monetaria. Y en ambos casos, se trata del control que tienen los bancos centrales y los gobiernos sobre las monedas fiduciarias. El gobierno ha de asegurar la recaudación de impuestos y es difícil conseguirlo con criptomonedas que están fuera de su control.
Controlar es tomar decisiones. Así que retomamos el problema que nos planteamos en toda la sección. ¿Qué reglas deben estar descentralizadas y fuera de control y cuáles deben ser controladas? ¿Quién o qué debería tener el control y cómo tomar decisiones colectivas?
Cómo construir una economía más descentralizada
No parece que la política monetaria rígida de las criptomonedas sea capaz de sustituir a las actuales políticas monetarias y fiscales nacionales. Felizmente, Cardano está diseñado para constituir un sistema operativo social y financiero global. Por ello, dispondrá de las capacidades adecuadas para sustituir o complementar las funcionalidades necesarias de las políticas nacionales. Las características claves de Cardano serán la capacidad de emitir tokens, utilizar contratos inteligentes, trabajar con identidades reales de personas y tener un sistema de votación integrado. En el futuro, la capacidad de utilizar inteligencia artificial también podría ser útil. Descubramos lo que podríamos hacer con eso.
Cardano presenta un riesgo de inflación reducido porque la oferta de monedas ADA es limitada. Tal y como hemos afirmado, un número limitado de monedas es estupendo para la creación de un recurso escaso, pero eso no quiere decir que sea un buen atributo para la política monetaria nacional. Las monedas ADA podrían utilizarse como garantía de una moneda cuyo precio o emisión se ajustara algorítmicamente. Sería factible crear algo así como una banca central impulsada por algoritmos. Para un futuro lejano, las reglas de emisión de las monedas estarían dirigidas por la inteligencia artificial.
Hay quienes sostienen que la volatilidad de las criptomonedas se estabilizará en el futuro. Aunque eso pudiera ocurrir, el problema es que hay que crear una moneda que funcione bien en un contexto nacional. Probablemente, la política monetaria de ADA nunca cambiará. De cambiar, la decisión se tomará en un contexto global. Todos los participantes se verían afectados por el cambio. Una comunidad nacional podría proponer un cambio en la política monetaria de Cardano para resolver las dificultades nacionales, pero el problema es que las partes interesadas están repartidas por todo el mundo y probablemente no estarían de acuerdo con esto. Las necesidades domésticas en un momento dado pueden ser diferentes del contexto global. Al parecer, es inteligente emitir tokens en Cardano que se utilizarán localmente como moneda. En consecuencia, los cambios internos en la política monetaria no influyen en la política monetaria global de Cardano. Se podrán resolver las dificultades domésticas y ADA seguirá siendo un recurso escaso.
Es necesario que la economía nacional tenga su propia moneda para que la política monetaria y fiscal sea eficaz y pueda resolver los problemas internos. Por otra parte, se considera que una nación es autónoma cuando tiene la moneda bajo su propio control. Disponer de una sola moneda para todo el mundo parece un propósito inalcanzable, al menos por el momento, en el ámbito de las naciones. Considere que la riqueza de una nación estaría determinada por la cantidad de posesión de una moneda global. Si fuese Bitcoin, entonces unas pocas ballenas serían más ricas que muchas naciones. Las naciones necesitan mantener su soberanía y el derecho a emitir su propia moneda es uno de los símbolos de la soberanía.
Hay una analogía con la actual dolarización de algunas economías en desarrollo. Al operar una gran parte del sistema financiero nacional con una moneda extranjera, la política monetaria de la moneda nacional se desconecta de la economía nacional. Imaginemos que se produce una hiperinflación y la gente empieza a utilizar dólares en lugar de la moneda nacional. La gente se beneficia de la moneda más estable a corto plazo, pero a largo plazo, la nación puede colapsar. El motivo es que la política fiscal no puede funcionar bien cuando la política monetaria no funciona. El gobierno no consigue financiar los servicios públicos y el mantenimiento de las infraestructuras. Es una cuestión de tiempo que la ausencia de servicios e infraestructuras críticas conduzca al colapso.
¿Resultaría útil tener criptomonedas supranacionales² globales? Consideramos que sigue teniendo sentido y el Bitcoin podría ser un buen candidato. Por ejemplo, estas monedas podrían utilizarse como garantía parcial de las monedas nacionales. A los ricos les serviría como depósito de valor. Sin duda, es útil tener políticas monetarias globales que nunca cambien. Separando las monedas globales de las nacionales, podemos conseguir flexibilidad monetaria en contextos domésticos y a la vez tener una política monetaria global estable.
Las redes globales descentralizadas resultarán fundamentales en el futuro. Por ejemplo, los pagos transfronterizos siguen siendo un gran problema para el sistema bancario tradicional. Cardano es una capa de liquidación mejor en ese sentido. La capa de liquidación de Cardano puede tratar todos los tokens emitidos de la misma manera que las monedas ADA. Los tokens emitidos en Cardano pueden ser enviados al otro extremo del mundo en pocos segundos. De esta manera, las acciones, los bonos, la deuda, los activos y todo lo que pueda ser tokenizado puede ser transferido de manera fácil, rápida y barata. Como lo es, cambiar un token por otro. Los contratos inteligentes nos permiten crear intercambios descentralizados.
Las economías domésticas, gracias a Cardano, pueden ser fácilmente accesibles a nivel mundial. Cabe esperar que mediante la tokenización la mayoría de las actividades económicas se trasladen a las redes blockchain. Hoy en día, hay muchos silos de información en la economía y los sistemas financieros no están bien interconectados. Las redes globales solucionarán muy bien esta ineficacia. Sin embargo, el uso es una cuestión de normativa. No es únicamente una cuestión de elección de las personas.
En el apartado anterior, nos hemos planteado muchas preguntas sobre la toma de decisiones. Cardano también tendrá la respuesta para eso. Dispondrá de un sistema de votación integrado. Unido a Atala Prysm, la gestión de la identidad descentralizada, será fácil establecer un sistema de votación tanto en contextos globales como domésticos. El proyecto Catalyst es un buen ejemplo de trabajo. Las partes interesadas de ADA pueden votar sobre los proyectos que se financiarán con la tesorería del proyecto Cardano. La idea puede reproducirse fácilmente y en el contexto nacional. Será incluso mejor en el contexto doméstico ya que los derechos de voto podrían no estar conectados con la posesión de monedas sino con la identidad real. Se podría crear cualquier tipo de jerarquía.
Cardano no está construido con la pretensión de sustituir necesariamente las estructuras actuales. Puede contribuir a mejorarlas y hacerlas más eficaces, transparentes, seguras, fiables, más baratas, descentralizadas, etc. El uso de las tecnologías blockchain será un proceso gradual. No ocurrirá en un solo momento. Hasta es posible que los países en desarrollo la adopten antes que los países desarrollados. El equipo impulsor de Cardano tiene una estrategia de adopción para África. Es muy probable que tenga éxito. Esta estrategia es muy importante ya que la tecnología de Cardano será utilizada en todo el estado por la mayoría de la gente.
Aunque los gobiernos y los reguladores pueden tener un enfoque abierto hacia las criptomonedas, esto no significa que la mayoría de la población vaya a adoptarlas y utilizarlas. Más aún, la adopción de las criptomonedas no significa que los gobiernos no vayan a ser necesarios. Aparentemente los gobiernos deben participar activamente en la adopción de las tecnologías blockchain para garantizar que la gente las utilice como infraestructura predominante y preferida. Seguramente los bancos centrales y los gobiernos querrán mantener el control de las políticas monetarias y fiscales a pesar de que Cardano se utilizará para emitir monedas nacionales. Cardano es una plataforma y el emisor puede mantener el control de las monedas emitidas. Su ventaja es que será fácil cambiarla o ajustarla en el futuro, donde el control puede ser más descentralizado. Posiblemente sea necesario ajustar los tipos de interés y la gente puede tener muchas opiniones al respecto. Sin embargo, lo más importante es quién decidirá sobre los tipos y otras condiciones relacionadas con el ajuste. La toma de decisiones puede tener muchas formas en el futuro y diferir significativamente de la forma actual. Imaginemos que el control de las políticas monetarias y fiscales se distribuya a entidades de confianza y que la votación transparente sea el principal motor de los cambios.
Conclusión
La mayoría de las personas ignoran que en muchos países el pago de bienes se somete a impuestos. Así pues, los pagos forman parte de la política fiscal. El mismo impuesto ha de pagarse independientemente de la moneda y el mecanismo ha de funcionar de la misma forma para todos los contribuyentes, quienes no suelen preocuparse por ello y se limitan a pagar el precio de los bienes, al contrario de los comerciantes. Por suerte, no es un problema tecnológico difícil y es posible pagar con criptomonedas. Los impuestos son un tema más complicado en este contexto. Es imposible afirmar que podemos evitar los impuestos sólo porque empecemos a criptomonedas. Significaría prácticamente que nos vamos a librar de la política fiscal o incluso del gobierno.
Resultaría lamentable que las criptomonedas quedaran como un mero activo especulativo y que los pagos fueran atractivos sólo para los que han multiplicado la riqueza. Hay que evitar mezclar la libertad financiera de los individuos afortunados con el papel de las economías nacionales y las necesidades de la población. Ambas cosas son diferentes. Es probable que la adopción de criptomonedas volátiles esté al nivel del oro y que no tenga ningún impacto transformador en los gobiernos. Aun cuando la adopción fuera mayor, la cuestión seguiría estando aquí: qué deben hacer los gobiernos con las criptomonedas o qué deben hacer las personas con los gobiernos. La tecnología blockchain, unida a los contratos inteligentes y a otras infraestructuras descentralizadas, pueden llegar a ser la columna vertebral del mundo financiero. Consideramos que, con más innovaciones será tecnológicamente posible y el uso será ventajoso para los gobiernos. Las naciones requieren alguna forma de política monetaria y fiscal. Podemos discutir sobre el nivel de descentralización, la toma de decisiones, etc.
Prevemos que, conforme avanza el desarrollo de las tecnologías blockchain, los gobiernos pueden plantearse su uso en la política monetaria y fiscal. Esta tecnología podría repercutir en la calidad de los gobiernos si se aplicara de forma correcta. Estimamos que pueden pasar decenas de años hasta que se haga realidad y es difícil predecir cómo será. En cambio, la adopción puede ser más rápida en los países en desarrollo y esperamos que África pueda ser un buen ejemplo. Posiblemente Cardano sea el líder de las innovaciones y los equipos discutan con representantes de empresas, industrias y gobiernos sobre su implantación. Eso no quiere decir que Cardano sea menos descentralizado sólo porque las personas debatan sobre su uso. En la actualidad, hay personas que son miembros de los gobiernos y son responsables de los cambios en la infraestructura financiera a nivel nacional. Esto no cambiará mágicamente de la noche a la mañana. Siempre habrá debate.
Notas del Traductor
¹ dinero fiduciario: El dinero llamado fiduciario (del latín fiduciarĭus, de fiducĭa ‘confianza’ y esta a su vez de fides ‘fe’), es el que se basa en la fe o confianza de la comunidad, es decir, que no se respalda por metales preciosos ni nada que no sea una promesa de pago por parte de la entidad emisora.
Es importante tener en cuenta que entendemos la confianza de la comunidad como el conjunto de la riqueza aparente que presenta la comunidad emisora de la moneda. No debe confundirse con el dinero Dinero fiat que es el que es emitido y validado de forma legal por un gobierno, ejemplos del Dinero Fiat son el dólar estadounidense, el euro y todas las otras monedas de reserva.
² supranacionales: Que está por encima del ámbito de los Gobiernos e instituciones nacionales y que actúa con independencia de ellos .